No podemos negar que desde niñas, nos inundan con la idea del amor de pareja, y crecemos con el anhelo de tenerlo, ignorando que, realmente no es como lo pintan y que el amor no se reduce sólamente a tener una pareja.
Vemos las películas románticas, vemos los gestos románticos de un hombre en una serie y queremos algo como eso. Queremos que nuestro futuro novio o esposo haga esas cosas por nosotras, queremos que nos diga esas palabras, queremos las aventuras, los besos en la lluvia y "el felices para siempre".
Anhelamos a un hombre que nos vea como la mujer más hermosa siempre.
Mi punto no es que todos estos anhelos y sueños sean malos créeme, lo que quiero decir es que se nos ha transmitido la idea errónea de lo que es el amor.
Sinceramente por muchos años mi más grande sueño era encontrar al amor de mi vida, casarme, tener hijos y morir con el tomados de la mano. Te confieso que saqué muchos de mis anhelos de "Diario de una pasión", Jajaja. Mis ideas acerca de lo que era el amor todas provenían de películas, series, publicidad etc. No sabía realmente lo que era amar, pero sí creía que quería algo romántico que me hiciera sentir bien.
Mi perspectiva cambió cuando conocí a mi primer amor, o más bien, mi primer amor verdadero.
Tenía algo diferente. Me hacía promesas que eran reales, cosas que jamas había escuchado antes. Me decía que me amaba tanto que dió su vida por mí, que siempre estaría conmigo, que nunca me abandonaría, que el me veía en la multitud, que el llevaría mis cargas, que aunque mi corazón estuviera roto el me daría uno nuevo.
Me decía que por más errores que cometiera el siempre me perdonaría, que nunca me faltaría nada, que iba a poder dormir tranquila y en paz mientras estuviera con el. Me dijo que aunque yo no fuera fiel, el siempre lo sería. Me prometió que un día no habrían más lágrimas ni tristezas en mi rostro, y lo mejor de todo, es que me dijo que estaríamos juntos por la eternidad.
Creo que ya sabes de quién estoy hablando.
Jesús. El único que no puede romper ni lastimar tu corazón por que Él es amor, el único que va a llenar ese vacío que desde niña tenías porque Él te creó y solo Él te conoce a la perfección.
El único que ha dado la vida por ti.
Cuando lo conocí, por primera vez supe que era realmente amada. No tenía que aparentar ser algo que no era, ahora era totalmente conocida por Dios, aún en lo más feo de mí y aun así total y completamente amada por Él.
Comencé a entender que el amor no era lo que había pensando toda mi vida y me di cuenta de que no necesitaba casarme y encontrar al “hombre perfecto” para estar completa. Dios ya me había completado en Cristo.
Y con todo esto, lo que menos quiero es que me malentiendas, no estoy diciendo que no debes casarte o está mal que tengas un anhelo de eso; lo que quiero decir es que nuestra esperanza y contentamiento no se deben encontrar en una relación, o en el anhelo de encontrar un romance perfecto.
El día de hoy, ya pasaron 9 años desde que conocí a Jesús. Estoy casada hace dos años, pero mi corazón y el de mi esposo le pertenecen a Dios primero, porque sabemos que solo Él puede completarnos y enseñarnos a amar realmente. Nosotros amamos solo porque Él nos amó primero.
Un amor paciente, benigno, que no es envidioso, un amor sin orgullo, que no hace lo indebido, que no se irrita, no guarda rencor. Un amor que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, así como el que Él nos tuvo cuando murió en la cruz, cuando menos lo merecíamos.
El amor de Cristo fue tan grande, que después de ser azotado, traicionado, burlado y denigrado, le pidió a su padre que nos perdonara.
Sin embargo, hoy en día es muy fácil confundir el amor con cosas como atracción, sentimientos, romanticismo, o sexo. Hoy en día creemos que el amor es una chispa que no depende de nosotros, creemos que son las mariposas en el estomago. Creemos que es sentirnos siempre bien. Creemos que el amor es siempre recibir y ser complacidos. Creemos que el amor es lo que nos haga sentir bien y punto. Creemos que podemos definir el amor según nos convenga. Creemos que el amor se acaba.
Pero Jesús no solo nos dijo, sino que nos mostró que el amor es sacrificio, el amor es acción, el amor es decisión aún cuando menos quieras. Y nos mostró que el amor nunca deja de ser. Nos mostró que el amor es servir, poner a Dios y al prójimo antes que a nosotros, el amor perdona 70 veces 7, el amor no envidia, no guarda rencor, el amor no sucede solamente cuando alguien lo merece. El amor es dar la vida por los amigos.
El amor es hacer lo mejor para la otra persona aunque no sea lo mejor para ti. Sin Jesús no sabríamos cómo amar.
Debemos aprender a amar únicamente del que nos amó tanto que su vida dio por nosotros.
¿Te imaginas literalmente morir por alguien que te golpeó, latigó, se burló de ti, te escupió? Eso, no nos lo enseña el mundo.
Hermana, no necesitas buscar a alguien que te diga cosas bonitas para sentirte valiosa, necesitas entender y recordar diariamente que Jesús te ama tanto que su vida dio por ti y eso es lo que te hace ser valiosa. No depende de cómo te sientas, depende de lo que Él ya hizo.
Nuestro primer amor siempre debe ser Jesús. El que nos amó cuando menos merecíamos.
El amor real cuesta mucho más trabajo pero vale mucho mas la pena.
Tienes que saber que siempre va a haber alguien que te ama incondicionalmente, sin importar tus errores, tu físico, tu cuenta bancaria, tu trabajo.
Amor incondicional significa que no hay nada, ¡Absolutamente nada! que puedas hacer para que alguien te ame más o te ame menos, y así es el amor de Dios. Su amor no tiene fin ni variación.
Atrévete a dejar que Dios te llene. Porque Él es el único seguro. Un humano te va a fallar alguna vez, tu misma vas a fallar, el dinero se va a acabar, la diversión no dura para siempre, las cosas materiales van a pasar de moda, tu piel se va a arrugar, tu cabello va a perder color, las mariposas en el estómago van a disminuir. Así que te animo a que no dependas de nada de eso.
Depende de alguien que no cambia, alguien perfecto, alguien seguro.
No anheles un amor de película, ¿Sabes? la vida no dura dos horas.
Escoge al primer amor que no falla. Escoge al que no solo define el amor, sino que es amor.
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
- De mi alma a la tuya.
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