Nací en un hogar cristiano por lo que toda mi vida he escuchado de Dios, he asistido a una iglesia, fui y me gradué de un colegio cristiano, la mayor parte de mi familia igual es cristiana por lo que siempre he estado en un ambiente cristiano, aunque yo no tuviera una súper relación con Dios, más bien, lo veía como una manera de vivir que mi familia había adoptado, pero nunca fue algo que resaltara de mi vida o que yo enserio tuviera una relación con Dios, solo sabía que cuando algo malo pasaba tenía que orar, pero hasta ahí.
Siempre he vivido con mi mamá, papá y mis dos hermanos mayores. Sé que tuve una muy buena infancia ya que nunca me hizo falta nada, la mayor parte del tiempo tenía lo que quería, mis hermanos y yo éramos consentidos, nunca vi alguna pelea entre mis papás, en fin, yo era (y soy) una niña con una vida bendecida desde pequeña.
Mi vida dio un giro cuando estaba en primero de prepa con unos 13 o 14 años, no recuerdo bien, pero sabía que algo serio estaba pasando ya que empecé a tener mis primeras y famosas “crisis” las cuales consistían en un tipo “ataque de pánico” por unas horas, normalmente las tenía por las noches y por lo menos una vez a la semana. Mis piernas temblaban descontroladamente, sudaba en exceso, mi voz cambiaba a la de una bebé pidiendo ayuda a mi mamá, siempre le he tenido miedo a vomitar por lo que en cada “crisis” yo pensaba que iba a vomitar y simplemente no podía controlar mi cuerpo y mucho menos mi mente. Estas crisis sucedieron por siete años consecutivos, obviamente cada vez se fueron haciendo más intensas y con diferentes síntomas. Como por ejemplo, sentía que mi cuerpo se trababa o que las cosas que estaban a mi alrededor me estaban viendo, y durante esos siete años visite a doctores, psicólogos, psiquiatras, neurólogos y obviamente pastores.
Déjenme decirles que para una joven de 15 o 17 años esto era una tortura, no recordar en cuántas clínicas me tuvieron, cuántos exámenes me hicieron o hasta con cuantos psicólogos me pelee porque ninguno me caía bien y mucho menos me entendían. Me llegaron a diagnosticar epilepsia y meses después terminé en el hospital porque el medicamento que me dieron era muy fuerte e hizo úlceras en mi estómago. Escuche todo tipo de comentarios como “ella solo intenta manipularlos” ósea yo a mis papás, “todo es mental”, “ella lo podría controlar sí tan solo hiciera tal cosa o si...”.
Los primeros años de vivir estas crisis no tomaba ningún medicamento hasta que al fin decidieron en sí dármelos, por lo que empecé con antidepresivos y pastillas que me dormían si llegaba a tener una crisis. Cabe mencionar que todas las semanas era de visitar al psicólogo y al psiquiatra.
¿Cuándo fue que las cosas empezaron a cambiar? Un año antes de graduarme del colegio. Mi afán por no saber qué iba a pasar en el futuro aumento y por ende mis crisis eran diez veces más fuertes de lo que normalmente eran. ¿A qué me refiero con más fuerte? A que ahora no solo era la crisis, sino que se sumaron los pensamientos suicidas y el intentar hacerlo también. Era un odio hacía Dios increíble, ósea ¿por qué me hacía pasar por eso? ¿qué había hecho yo de malo? soy la más pequeña de toda mi familia, entonces ¿por qué yo y no uno de los mayores? Enserio que solo quería ser alguien "normal", salir con mis amigos sin miedo a tener una crisis frente a ellos, sin tener que decir “no” a todo lo que me invitaban porque simplemente sabía que podía descontrolarme.
Fue entonces una madrugada de julio del 2015 alrededor de las 2 o 3, que estando en una de mis crisis más fuertes y ya habiendo gastado todas mis fuerzas físicas para intentar hacerme algún daño, que me di a mí misma dos opciones y estas eran: o me muero porque si sigo así en algún momento lo voy a lograr o el camino que veía más difícil, me entregaba por completo a Dios y dejaba que el actuara en mi vida sin yo saber cómo, cuando o que haría conmigo.
Sé que fue el Espíritu Santo que tocó mi corazón y elegí mi opción número dos, así que simplemente me dejé caer por completo en las manos de Dios. No sé como no desperté a mis hermanos ya que estaban dormidos y mis papás estaban conmigo cuidando que no me hiciera algún daño físico. Empecé a exclamar en voz alta pidiéndole a Dios que me ayudara y me rescatara de esa vida que estaba viviendo sin él. Desde ese día las cosas empezaron a cambiar y empecé a tomar decisiones basadas en lo que Dios dice y no en lo que yo quiero.
Pero eso sí, aunque hubiera declarado y gritado y dijera todo lo que sentía en ese momento, nada hubiera cambiado si no hubiera sido por la GRACIA y misericordia de Dios en mí.
Las crisis hasta el día de hoy no han desaparecido por completo, pero lo que sí ha cambiado es mi percepción hacia ellas, ya que Dios las transformó en ser un problema a ser una bendición, con la que cada vez que pasan me van haciendo un poco más fuerte emocional y sobre todo espiritualmente a la mujer que se que Dios sigue preparando para cumplir su propósito.
Meses después Dios me llevó al lugar que menos imaginé, pero que más me ha enseñado cosas de las cuales probablemente no hubiera aprendido si me quedaba en la conformidad de mi casa y este lugar es Mérida, México. Sigo sin saber exactamente cuál es mi propósito de estar aquí, pero sé que Dios y su tiempo perfecto me lo harán saber y lo más importante es que mi verdadero testimonio es como Dios ha abierto mis ojos para seguirle a Él de la manera en que Él manda, he empezado a conocer más su Palabra y sé que ha puesto a las personas necesarias con la misma mentalidad que yo para poder seguir su camino y no el mío.
Todo lo que antes veía como imposible en mis fuerzas, ahora lo veo posible con la ayuda de Dios. De no salir de mi casa por miedo a que me pasara algo, a estar cumpliendo casi cuatro años viviendo en México. Sin papás, sin hermanos, pero con Dios, confiando y creyendo cada día más en Su gracia y misericordia en mi vida.
Espero que leer un poco de lo que Dios ha trabajado en mi, sea de bendición para tu vida.
Me encantó tu testimonio y me sentí identificada casi que me pasó lo mismo, Dios me sacó de mi lugar para mostrarme mi dependencia solo a él y q el mismo me iba a Sostener 🙏🏼
🔥que bendición tu vida por ser un testimonio vivo de lo real que es Dios para cada uno de nosotros.